¿Murió el aerosol como desodorante? Ampliemos la mirada
¿Murió el aerosol como desodorante? Ampliemos la mirada

En las últimas semanas salieron a la luz algunas publicaciones periodísticas que presagiaban la “muerte” del desodorante en aerosol. Promocionaban -en su lugar- desodorantes naturales en barra o crema compuestos por bicarbonatos, aceites esenciales y mantecas vegetales.

Ante esta propuesta, el Ing. Leonardo Eidelson, un verdadero experto y referente técnico de nuestra Industria decidió ampliar la mirada y preguntarse si verdaderamente había muerto el aerosol como desodorante. Aquí sus palabras.

"¿Murió el aerosol como desodorante? Ampliemos la mirada:

Celebramos el avance hacia opciones naturales y conscientes, pero declarar “muerto” al desodorante en aerosol es una afirmación apresurada que desconoce décadas de evolución técnica desde lo normativo, lo funcional y lo ambiental.

Los aerosoles modernos han superado ampliamente los prejuicios del pasado. Existen formulaciones con ingredientes suaves, dermatológicamente testeados, sin alcohol ni sales de aluminio y con sistemas de dosificación que minimizan el contacto agresivo con la piel. Los hay para prácticamente todas las necesidades. La suavidad no depende del formato sino de la formulación.

Respecto al medio ambiente, los envases presurizados actuales son reciclables y los propelentes utilizados —como el hidrofluorobutano o el dimetil éter— cumplen con regulaciones internacionales que limitan el impacto ambiental (como la EU F-Gas Regulation o las directivas de la EPA). Además, muchas marcas han adoptado prácticas de compensación de huella de carbono y reducción de residuos.

La dicotomía entre “natural” y “químico agresivo” también merece revisión. Todo producto, natural o sintético, implica química (y hay productos naturales extremadamente agresivos). Lo relevante es su compatibilidad, seguridad y trazabilidad. El bicarbonato, por ejemplo, puede ser irritante en ciertas pieles sensibles mientras que algunos aerosoles ofrecen fórmulas hipoalergénicas con estudios clínicos detrás.

En lugar de declarar la muerte de un formato, propongamos un debate informado, donde la elección se base en evidencia, necesidades reales y responsabilidad técnica. La diversidad de opciones —barra, crema, aerosol, roll-on— es una riqueza, no una guerra."

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