Por Lic. Facundo de la Fuente, coordinador institucional de UADA y Lic. en Ciencia Política.
Como solemos hacer con habitualidad en El Aerosólogo, comentaremos también la coyuntura desde el punto de vista empresario, algo que es especialmente esperado y valorado por nuestros lectores del exterior. Esta tarea se vuelve trascendente, sobre todo, en las vísperas de las elecciones legislativas de septiembre en la provincia de Buenos Aires y de octubre a nivel nacional.
En la previa del proceso electoral, con la incertidumbre propia que este conlleva, el Gobierno Nacional presenta un nuevo diseño de política monetaria. Decidido a sostener, a como dé lugar, un tipo de cambio estable con el objetivo de evitar que un posible movimiento en esa variable afecte los precios y, por lo tanto, afecte negativamente la performance electoral del oficialismo, el presidente Javier Milei ha tomado una serie de decisiones económicas tales como ajustar los encajes bancarios hasta el 50 por ciento, lo que acotó de manera sustancial la capacidad prestable de estos, y subir la tasa de interés anual de hasta el 70 por ciento (es decir, una tasa mensual de más del 6 por ciento, el triple del nivel del índice de precios al consumidor). Estas medidas tendrán un impacto directo sobre las empresas: implicarán mayores dificultades en la operatoria de descuento de documentos y el acceso al crédito.
La expectativa, entonces, está puesta en lo que puede ocurrir tras el resultado de octubre en el que el oficialismo de La Libertad Avanza planea obtener un triunfo sobre una oposición fragmentada. Será especialmente importante observar, cuando ya haya pasado el día de votación, como serpa el impacto sobre el tipo de cambio, el acceso al crédito internacional del país y el andar de una economía real que aun dista mucho de la recuperación.
¿Qué esperar?
Los cierres de listas dejaron planteado un escenario pre-electoral que nos permite sacar algunas conclusiones preliminares sobre lo que puede ocurrir en los próximos dos meses en materia política. El desdoblamiento decidido por el gobernador bonaerense Axel Kicillof, que implica una separación temporal de la elección de diputados y senadores de octubre, impactó directamente en la estrategia del peronismo de cara a los comicios locales del 7 de septiembre. La decisión del gobernador respecto de la fecha del sufragio local implicará, en principio, una provincialización del debate político. Es por eso, que el repaso de las listas en las ocho secciones electorales en las que se divide el territorio de la provincia de Buenos Aires encuentra a una multitud de intendentes peronistas que han definido encabezar sus listas municipales con el objetivo de que un mejor resultado en las urnas les permita asegurar la gobernabilidad de sus alcaldías hacia el futuro.
La contracara de este armado es la ausencia de candidatos vinculados a los intendentes bonaerenses en las listas de diputados nacionales. En ese sentido, es posible esperar que el compromiso de estos por traccionar las listas que ellos mismos encabezan para cargos provinciales y municipales no se vea replicado en los comicios nacionales de octubre puesto que estos ya habrán asegurado su propia situación en septiembre.
En contraposición, el oficialismo nacional del presidente Javier Milei, confiado en la evaluación positiva sobre sus resultados económicos, apuesta a nacionalizar el debate electoral de modo de que, tanto en septiembre como en octubre, la elección sirva como un plebiscito sobre su gestión. En este punto, será determinante observar como el resultado del 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires -sobre todo si es negativo para La Libertad Avanza- puede afectar a lo que ocurra en ese mismo territorio cuando se elijan diputados nacionales. Podemos esperar, en ese sentido, un efecto similar al de las Primarias, Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) que, al arrojar un resultado electoral previa, le permiten, por un lado, a los partidos en competencia rediseñar sus propuestas para captar los votos sueltos y, por el otro, a los votantes, redirigir sus decisiones en términos estratégicos.
La baja participación
Las elecciones que se han venido sucediendo desde el inicio del ciclo electoral tiene una cuestión en común: la asistencia a las urnas está en su punto más bajo desde la recuperación democrática. Este dato puede ser especialmente determinante en una elección estrictamente provincial donde se eligen cargos poco conocidos (lo que puede desalentar a los votantes) y donde el peronismo saca a la cancha el poderío de su aparato político bonaerense para militar sus listas, lo que puede generar que sus electores tengan mayor predisposición de participar de los comicios.
A modo de conclusión final de este breve panorama, es necesario destacar como en este contexto de incertidumbre, el sector empresario, especialmente, el industrial, redobla sus esfuerzos para sostener sus empresas.