Incertidumbre y riesgos en los primeros días de Milei
Incertidumbre y riesgos en los primeros días de Milei

Por Lic. Facundo de la Fuente, licenciado en Ciencia Política y maestrando en Estudios Electorales

Nota del Aerosólogo: Si bien el Aerosólogo no es un newsletter político, dada la avidez de nuestros lectores, especialmente aquellos del exterior, por conocer de primera mano lo que sucede en nuestro país, hemos decidido presentar este panorama.

Argentina está ante un mar de incertidumbre. La asunción de Javier Milei como Presidente de la Nación supuso un cimbronazo que sacudió no solo el sistema político sino también las expectativas económicas. Su llegada a la Casa Rosada es novedosa por su procedencia política -proviene de un partido recientemente creado con un único antecedente electoral previo- y también por el particular formato de manejo del poder que ha propuesto hasta el momento.

Frente a una clara posición desventajosa en el Congreso Nacional, Milei ha optado por un estilo político decisionista y plebiscitario que supone, en la práctica, la concentración de funciones en la figura presidencial. Sostenido por la legitimidad de su resultado en la segunda vuelta electoral, Milei busca erigirse como representante único de una ciudadanía que – de acuerdo a su lectura de la realidad- reclama un cambio radical frente a una “casta política” que resiste la pérdida de sus privilegios.

En términos concretos, lo anterior se expresó, por un lado, en la firma de un decreto de necesidad y urgencia (DNU) que abarca una cantidad inédita de temas e implicó un giro copernicano respecto a la orientación de la legislación de los últimos 100 años, con un marcado sentido desregulador. Por otro lado, se habilitó la apertura de sesiones extraordinarias y se envió al Poder Legislativo un proyecto de ley que propugna una delegación legislativa de una amplitud inusitada del Presidente en materias tan diversas como la económica, financiera, fiscal, social, previsional, de seguridad, defensa, tarifaria, energética, sanitaria y social. Finalmente, como coralario final de estas iniciativas, el Presidente ha prometido, en declaraciones públicas que, de no aprobarse el DNU y el proyecto legislativo, convocará a un plebiscito que, aunque legalmente no vinculante, pretende poner en valor el apoyo popular a las medidas tomadas por el presidente y volver costoso frente a la sociedad un rechazo por parte de los legisladores.

El resultado de esta estrategia demostró, por el momento, ser altamente efectiva: la oposición quedó aturdida ante la avalancha inabarcable de temas a tratar y el Congreso Nacional, que debe aprobar o rechazar el DNU y considerar los puntos propuestos por el proyecto de ley, aún permanece inactivo y sin consensos definidos en la oposición. Sin embargo, Milei se enfrenta a un riesgo fundamental devenido de la propia estrategia all-in que ha elegido: de no conseguir que sus propuestas pasen con éxito por el Congreso su gobierno se quedaría tempranamente sin plan y carente de herramientas contundentes para atravesar la mayor parte de su mandato. Si, además, convoca a una consulta popular en medio de una inflación creciente y salarios que continúan su caída en términos de poder adquisitivo, esto puede suponer un arma de doble filo que lo lleve a una anticipada derrota electoral que dañe la estabilidad política del gobierno.

En la calle, las primeras medidas de Milei dieron como resultado un incremento de la conflictividad social. Sin embargo, por el momento, las protestas parecen permanecer aún acotadas a las filas opositoras y no haberse extendido en demasía sobre las propias filas de los votantes de la Libertad Avanza. Por ahora el gobierno goza del período de gracia por su reciente asunción, pero la extensión o acortamiento de este segmento temporal de popularidad está estrechamente vinculado al desempeño económico, especialmente a la rebaja sustancial de la inflación. Hoy estamos aún a la espera de las primeras definiciones. Lo único claro, en esta instancia, es el rumbo que pretende el gobierno, pero permanece en duda su capacidad de ponerlo en práctica de manera duradera. De la aptitud de Milei para superar con éxito estos primeros meses tormentosos dependerá, entonces, el futuro de su aventura política.

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