Historia de la Peña del Aerosol
Historia de la Peña del Aerosol

Con motivo de la celebración de Fin de Año, UADA hizo, a lo largo de su historia, diversos eventos como workshops y cócteles. Con cada uno, buscamos diferenciarnos como institución de las despedidas anuales que habitualmente realizan las cámaras y empresas. Pretendemos hacer siempre algo novedoso y distinto.

Suele atribuirse la idea de la Peña del Aerosol a uno de los integrantes de la Junta Directiva de UADA. Pero, lo que muchos no conocen, es que todo surge a partir de una propuesta y un ofrecimiento, por parte de un proveedor, de un importante regalo para sortear en caso de que, en algún momento, decidiéramos hacer una cena de Fin de Año. De esta manera, apareció la intención de hacer ese evento solidario que hoy lleva el nombre de Peña del Aerosol.

Tras la segunda edición, nos sentimos gratificados tanto por lo recaudado como por la convocatoria. Pero también asumimos como desafío el objetivo de lograr que, en lugar de contribuir económicamente a la organización de una cena faraónica propia de otras épocas de nuestro país, las empresas y todos quienes acompañan puedan dedicar ese aporte a un fin solidario destinado a personas que atraviesan una situación difícil.

Es también fundamental para la realización de la Peña la comprensión de que esta no puede ser mirada desde el punto de vista comercial. Como siempre lo reiteramos, esta es una ocasión de abonar por unos instantes los intereses personales en la búsqueda de una acción conjunta que permita transformar, al menos un poco, una realidad adversa. Esta es una mirada que nosotros, como dueños de compañía, conocemos de cerca porque cumplimos permanentemente con la responsabilidad social empresaria.

Esto sirve de reflexión para la tercera edición, para que entandamos que la Peña del Aerosol es de TODOS: de los que formamos UADA, de los proveedores, de los clientes y de los amigos.

El balance de esta segunda edición es realmente excelente y nos reconforta: recaudamos 295 mil pesos esa noche. Pero hay más. Como consecuencia del evento, una persona que estuvo presente realizó su fiesta de cumpleaños y, en lugar de regalos convencionales, solicitó donaciones por más de 152 mil pesos que también fueron destinados a la Fundación Garrahan. Ese es el espíritu de la Peña, que escapa del propio día de la fiesta y contagia nuestras actitudes cotidianas. Desde allí se construirán las muchas ediciones que vienen por delante.

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