Consumo GLP 2020
Consumo GLP 2020

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Los datos de consumo de Gas Licuado de Petróleo (GLP) registrados en el 2020 nos han dejado un saldo positivo, pero también mucho para reflexionar y analizar acerca de lo que aconteció y, sobre todo, de lo que vendrá. Las industrias aerosolistas han utilizado el año pasado un 10 por ciento más de gas propelente respecto de 2019 lo que, por primera vez desde 2015, revierte la tendencia de caída que, año tras año, ha ocurrido sin alteraciones.

Más allá del guarismo de crecimiento anual, el análisis por trimestres arroja resultados interesantes. El primero registró una caída pronunciada del 31 por ciento. Allí se mezclaron las tendencias negativas de un 2019 de recesión, que preanunciaban un año difícil, y los primeros dos meses de la pandemia, que implicaron el cierre total de la producción para la mayoría de las empresas.

Sin embargo, en los trimestres siguientes la situación comenzó a repuntar al calor del consumo pandémico de productos de higiene y limpieza. Finalmente, en el cuarto trimestre, se registró un 23 por ciento de incremento respecto al mismo período de 2019, lo que implicó un cierre de año que coronó la recuperación y permitió que el número final fuera positivo.

La pormenorización por empresas también resulta interesante. De las diez compañías que más crecieron en 2020, cuatro de ellas representaron un 53 por ciento del consumo de GLP. Esto pone de manifiesto un crecimiento desigual producto del cierre de algunas empresas a comienzos de la pandemia por la instauración de la cuarentena.

A partir de del análisis realizado, el resultado final del año pasado arroja un número de 737 millones de unidades producidas. Esto significa una fabricación de 107 millones más de aerosoles que en el 2019.

El 2021 hace prever que será similar al 2020. Quizá vuelva a registrarse un crecimiento de las unidades. Eso dependerá del mantenimiento del nivel de exportaciones y de la estabilidad de los precios. De todas maneras, cualquier perspectiva peca de futurología. Argentina hoy atraviesa un momento difícil con el temor de una fuerte segunda ola de contagios, sin las vacunas previstas y con una amenazante alta inflación. A todo esto, se suma el año electoral. No queda otra alternativa que mantener el optimismo.

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