Por José Luis Zito
A Freddy Schoulund lo conocí en mis primeros años de participación en la Cámara Argentina del Aerosol (CADEA), en 1987, cuando él era presidente de dicha institución. Yo era un recién llegado en aquella entidad; solo era un simple vocal. Sin embargo, Freddy siempre me trató con una gran amabilidad y de igual a igual. Así, generamos una relación que mantenemos hasta el día de hoy.
Freddy es un gran conocedor del mercado del aerosol. Tras su salida de Ceras Johnson, se radicó en México donde instaló dos empresas ligadas al rubro de domisanitarios y se dedicó a asesorar a otras compañías. En 2008, volví a encontrarme con él en un Congreso Latinoamericano del Aerosol en la Ciudad de México. Fue durante la hora del desayuno, antes de ingresar a la convención. Freddy estaba junto a Martín Guaita y los hermanos Rodríguez. Luego me enteré que la familia Rodríguez lo había designado para poner en marcha la fábrica de envases de aluminio de Envases del Plata en ese país, que más tarde fue vendida a Ball Corporation. Esta es simplemente una pequeña muestra de su rica vida profesional.
Su faceta personal también es muy interesante. En la actualidad, vive junto a su mujer, Ceci, una reconocida artista plástica, en Sierra de los Padres, cerca de Mar del Plata. En la foto que ilustra esta nota, se lo ve joven. Hoy sigue siendo tan vivaz como en aquella época y sigue teniendo la misma pinta de aquel entonces. Y, como si fuera poco, en esa imagen, detrás de la figura de Freddy, se pueden observar algunas máquinas que representan la historia de los inicios de la Industria del Aerosol y de Ceras Johnson en Argentina.
Pero, para saber más de su historia, que mejor que leer al propio Freddy:
El 22 de junio de 1970, con bata blanca, iniciaba mi carrera en Ceras Johnson. Barney Miller, en aquel entonces Director General, me dio su gran ejemplo de trabajador humilde y formador de equipos.
A los seis meses tuve mi primera oportunidad de crecimiento. Pasé a formar parte del soporte técnico para la puesta en marcha de Johnson Tucumán, con toda mi admiración a la creatividad del gran Enrique Wurch.
Así, después de tres años allí, llego mi segunda sorpresa: mi apreciada Directora General y maestra Mary Dodds viajó a Tucumán para ofrecerme un plan de capacitación en la casa matriz. Mi vida cambió por completo.
No viene al caso relatar el resto de mi biografía pues solo quiero acentuar las claves que sembraron en mí el perfil de sentirme miembro de la familia Johnson. Soy consciente de los cambios generacionales y que lo importante son las instituciones y no las personas. Pero me permito, como viejo familiar, mencionar lo que mi corazón siente: nunca dejen de ponerse la camiseta donde trabajen y sentirán el milagro de la pertenencia. Así llegará al momento, después de 50 AÑOS, ya con el cabello blanco, de recordar con añoranza y todo el agradecimiento a los integrantes de la Family Company (comentario extraído del Facebook personal de Freddy Schoulund).