La industria aerosolista y la pandemia (1)
La industria aerosolista y la pandemia (1)

LA INDUSTRIA AEROSOLISTA Y LA PANDEMIA

.

Por Ing. Claudio Micolaucich

Responsable de la Comisión de Legislación y Regulaciones de UADA

.

En la Argentina, nos encontramos luchando contra la segunda pandemia del siglo XXI. La primera fue causada por el virus de la Influenza A (H1N1), que provocó lo que luego se denominó Gripe A. La enfermedad, que comenzó a diseminarse en abril de 2009, dejó un total de 626 fallecidos y se prolongó por casi un año. Una década más tarde, se dio origen en Wuhan la segunda pandemia del siglo, denominada COVID 19 (Coronavirus Disease 2019). En la actualidad, el brote ha puesto en alerta al mundo, fomentando la adopción de medidas preventivas para reducir el riesgo de infección mientras se desarrollan potenciales vacunas.

En 2009, a raíz del brote de Gripe A, la industria dio rápida respuesta con el desarrollo de una amplia cantidad de artículos sanitizantes y desinfectantes que hoy en día están en nuestras góndolas, tales como productos en soluciones alcohólicas y en base a materias primas con propiedades sanitizantes y desinfectantes en distintas presentaciones (solución, geles, cremas, espumas y aerosoles).

Hoy, tenemos productos en aerosol que han probado su efectividad sobre diversos virus, bacterias, hongos y esporas brindando así una protección a las constantes apariciones de nuevas amenazas. Cabe señalar que el dispensado de estos productos en la forma de aerosol incrementa significativamente efectividad ya que se puede regular el tamaño de partícula y aumentar penetración en la zona que quiere desinfectarse gracias a su presión interna. Además, permite cumplir con los protocolos ya que permite evitar el contacto directo con la persona.

En primer lugar, detallaremos las diferencias entre los antisépticos y desinfectantes y, en segundo término, haremos hincapié en los mecanismos de acción de las materias primas más utilizadas en la industria que cumple dichas funciones, ya que el adecuado uso de estas resulta una herramienta imprescindible sobre todo en estos días.

Definimos como antisépticos a toda sustancia química que se aplica de manera tópica sobre el tejido vivo con el fin de destruir microorganismos o inhibiendo su crecimiento. Y como desinfectante a toda sustancia química que se utiliza con el mismo fin, pero sobre superficies inertes. Las características que debemos buscar a la hora de elegir un antimicrobiano son, entre otras, la baja toxicidad, no ser irritantes ni tener malos olores, contar con un amplio espectro, potencia y rápida acción, incluso en áreas altamente contaminadas. Además, su presentación debe ser la adecuada para que sean fáciles de transportar y económicos de usar.

En Aerosoles, las materias primas utilizas pueden agruparse en tres grandes grupos de acuerdo con su composición orgánica:

Alcoholes

Como ya sabemos, los estudios realizados han demostrado que el alcohol etílico, en presencia de agua, tiene una acción antimicrobiana mediante la desnaturalización de las proteínas provocando así la ruptura de membranas. Es importante aclarar que la acción antibacteriana, fungicida y virucida es muy conocida, pero que la acción frente a esporas no ha sido probada.

Cabe señalar que los estudios indican que la mayor efectividad se encuentra en concentraciones que van del 60 al 90 por ciento y que los mejores resultados se arrojaron en un rango entre el 62 y 70 por ciento, ya que permiten una mayor penetración en las células microbianas.

El etanol 70 por ciento destruye alrededor de 90 por ciento de la carga microbiana cutánea en dos minutos, siempre y cuando el contacto no se vea afectado. La materia orgánica suele inactivar a los alcoholes.

Solución con fenoles

Son utilizadas para la desinfección de superficies ya que han demostrado su capacidad fungicida de amplio espectro en concentraciones por encima del 1 por ciento. El orto-fenilfenol es el menos corrosivo que otros fenoles y se usa en todo tipo de productos tales como enjugues bucales, desinfectantes de superficies y jabón de manos.

Los derivados fenólicos son considerados bacteriostáticos a concentraciones entre 0,02-1 por ciento y bactericidas a partir del 1,5 por ciento.

Las formulaciones que lo contienen tienen baja toxicidad y tienen un buen poder residual gracias a su baja evaporación. A tiempos mayores de 5 minutos, presentan una efectividad del 99,9 por ciento.

Amonios cuaternarios

Las formulaciones con dichos compuestos proporcionan actividad bactericida o bacteriostática según la concentración que se utilice. También presentan acción sobre algunos protozoos, hongos y virus. Además han demostrado tener mayor eficacia desinfectante con respecto a otros compuestos en el mercado en presencia de suciedad orgánica y aguas duras. Presentan su actividad a partir de concentraciones de 0,25 por ciento.

Las soluciones con amonios cuaternarios actúan a nivel de la membrana plasmática, alterando su permeabilidad y, por consiguiente, provocando la lisis celular. Su limitación: son considerados esporostáticos pero no esporicidas.

El cloruro de benzalconio es uno de los más utilizados en formulaciones. En combinación con alcoholes presenta mas eficacia.

El desarrollo de nuevos productos con función sanitizante y/o desinfectante nos obliga a conocer ciertas características de los productos químicos tales como su concentración efectiva, tiempo de exposición mínimo, métodos de aplicación de la solución, su espectro y mecanismo de acción, como así su compatibilidad con otros compuestos de la formula.

La desinfección como acción sanitaria preventiva es el objetivo.

Es importante tener en cuenta cuando se desarrolla un aerosol con estas materias primas y verificar la oxidación de los componentes para evitar la reducción de la vida útil del producto.

Sigamos aportando productos y tecnología que permita que la Industria del Aerosol mejore la vida de toda la población.

.

.

.

.

.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *