El artista brasileño Eduardo Kobra, además de ser el autor de la magnífica obra que utilizamos para desearles buenos augurios para el año entrante, es uno de los referentes mundiales del graffiti callejero.

Kobra nació en San Pablo en 1976. En las calles de esa ciudad comenzó, a los 12 años, a pintar murales con contenido social. Hoy, con 43 años, ya tiene realizados más de 3 mil en todo el mundo. Su realización consiguió que, durante la década de 1990, su ciudad natal sea considerada como líder en arte callejero.

La técnica utilizada por este artista es compleja y requiere de un gran compromiso con el contexto del lugar geográfico donde se ubicará su obra. Kobra se preocupa por hacer una investigación exhaustiva de la historia y la cultura de la ciudad en la cual estará emplazada su producción artística. Recién en ese momento toma el aerógrafo y el aerosol para pintar el mural.

La característica sobresaliente de sus trabajos es, sin dudas, la tridimensionalidad de los objetivos que representa. Con esto, Kobra busca que el espectador de su obra no permanezca pasivo, sino que interactúe con ella. Al mismo tiempo, que su arte se exprese en las calles y no en un museo específico, cumple con el deseo de que este pueda ser accesible para todo el público.

A lo largo de su carrera, Eduardo Kobra trabajó junto a compañías muy importantes como Coca Cola, Nestlé, Chevrolet, Ford, Johnnie Walker, entre otras. Sin embargo, uno de los trabajos más recordados fue el que realizó en 2016 con motivo de la realización de los Juegos Olímpicos de ese año. Sin embrago, tan solo un año después, superó su propio récord con un mural callejero de casi 6 mil metros cuadrados.

Recorrer la obra de este artista no solo es útil para conocer más sobre el autor de la imagen que aquí compartimos. También nos permite reflexionar y comprender que detrás de toda gran obra hay un inmenso trabajo que queda plasmado, tarde o temprano, en los resultados obtenidos.