PROHIBIDO SU RELLENADO.
Don Rafael vs Gerardo Luis Barreda
Siguiendo con la historia de los envases recuperados en los inicios de los 70s, de esta actividad surgió un negocio floreciente para algunos recuperadores. El hecho que un 20 por ciento de los aerosoles que circulaban en Capital Federal y el Gran Buenos Aires fueran recuperados, y algunos en varias oportunidades, hizo que apareciera como antecedente un incipiente movimiento RECUPERADOR.
En esta parte de la historia aparece Don Rafael, un profesional sin título que hablaba muy suave y con mucho respeto. Fabricaba y llenaba productos de cosmética capilar y los llevaba a distintas plantas para que los gasifiquen. Don Rafael era, obviamente, un gran defensor de la recuperación de envases. Tal es así que fue concientizando las bondades de esta práctica. De esta manera, convocó a un primer encuentro a varios dueños de plantas y a otros que eran propietarios de marcas. Tampoco faltaron a la reunión el Turco Alí, los Hnos. Marino y algún que otro recuperador, para proponer crear una Cooperativa de Recuperadores y darle de esta forma un viso de legalidad al proceso.
Esa convocatoria fue celebrada en el fondo de un galpón de Villa Soldati, con piso de tierra, propiedad de una familia gitana especializada en esta actividad; contaban con lavadero propio y embalaje en cajones de madera. En la entrada de aquel galpón, se exhibían productos para la venta, potes, botellas de vidrio, tapas de todo tipo y tamaño, etc.
La hija del dueño - una señorita de parecer robusto y bien dotada- era quien atendía el negocio y recibía a los asistentes con música en su tocadiscos Winco; en esa oportunidad sonaba a cada rato una hermosa melodía del long play de Antonio Prieto con un tema muy motivador, y otro de Almodóvar que decía: "...blanca y radiante va la novia...". Qué imagen del pasado tan caricaturesca si se piensa en lo que vendría después. Allí no había donde sentarse y, en consecuencia, se improvisaron bancos con cajones donde se sentaron todos los participantes en forma de semicírculo dado el interés y el entusiasmo que emitía en sus gestos y grandilocuencia Don Rafael.
Fue en un cálido atardecer de época invernal. En el galpón no eran más de 30 humanos y un incalculable número de oyentes "PULGAS ". La voz de informativa la llevaba Don Rafael quién fue el primero en acusar la presencia de los bichitos molestos rascándose sin parar. Sin embargo, prestaba atención a cada uno de los allí presentes y les presentaba su punto de vista, con pulgas de por medio. Gracias a la efervescencia de las futuras ganancias hizo que con entusiasmo y de inmediato se convoque a un segundo encuentro fijado dentro de las próximas tres semanas.
Enterados de este MOVIMIENTO RECUPERADOR y de la segunda reunión, la gente de Centenera, importante planta de fabricación de envases de hojalata, solicitó estar presente en la misma para expresar sus puntos de vista y, defendiendo los intereses del mercado aerosolista, lograr involucrarse ya que veían en él un conflicto seguro. Fue por ello que asistió, en su representación, el Sr. Gerardo Luis Barreda, Jefe del Servicio Técnico.
Barreda, un hombre de pocas pulgas o, mejor dicho, un hombre serio y solemne que, con solo mirar, inspiraba respeto, planteó lo equivocado que era recuperar envases por los riesgos que esto implicaba (en aquel momento no había más regulaciones que las de Gas del Estado; el resto de organismos no intervenían). Mientras esto sucedía, desde la parte delantera del galpón se escuchaban las suaves y cadenciosas melodías que venían del Winco sonando esta vez la voz de Rosamel Araya acompañado por la voz de la joven gitana con la canción “Nuestro Juramento”. En el mismo piso de tierra, esta vez con "mejoras” ya que se había esparcido fluido acaroína, fue donde se mantuvo firme Don Rafael en su posición, que se fue diluyendo después del relato convincente y certero del representante de Centenera.
Como resultado, dejó de tener fuerza la opinión Don Rafael y junto con el cayó la idea de la Cooperativa de Recuperadores. La empresa Centenera, como contra respuesta, pasó a ser más accesible en su trato con los fabricantes chicos brindando un mejor precio, flexibilizando los volúmenes de compras y ofreciendo una mejor condición de pago para evitar que se continúe con el RECUPERO.
Como corolario de la presente historia, los fabricantes de envases, atentos a lo ocurrido, que podía hacer peligrar el negocio y generar desprestigio de los productos manufacturados en aerosol, hicieron el lobby para que figure como leyenda en los aerosoles: PROHIBIDO SU RELLENADO. La solicitud presentada a las autoridades de turno fue realizada por la Cámara Argentina del Aerosol (CADEA). Fue una propuesta acertada, y tal es así que desde esa época sigue vigente en el rotulado y es exigible por Lealtad Comercial.
Algunos de los lectores del Aerosólogo, seguramente conocen esta historia y podrán decir, “Yo estuve ahí”.
*Siéntase parte de esta historia buscando las canciones e imágenes de la época en Youtube
Antonio Prieto: https://www.youtube.com/watch?v=o5ozOYmaojY
Rosamel Araya: https://www.youtube.com/watch?v=Bun0fNn8vQk